Aquella Universidad estaba situada en la Plaza de la Magdalena (a la derecha en la fotografía).
Hoy ya no existe.
Pero si perduran los versos de Martí:
Sueño despierto.
Yo sueño con los ojos
abiertos, y de día
y noche siempre sueño.
Y sobre las espumas
del ancho mar revuelto,
y por entre las crespas
arenas del desierto,
y del león pujante,
monarca de mi pecho,
montado alegremente
sobre el sumiso cuello,
un niño que me llama
flotando siempre veo!
2 comentarios:
Es hermosa la imagen del niño que flota:
es que es lo único limpio, cuando aún no se ha afeado con la maquinaria destructiva de nuestras sociedades.
Los sueños deben ser cosa de niños, Rain.
Publicar un comentario