domingo, enero 29, 2012

Sólo al final

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De Hugo Mújica:

Las dos orillas

son siempre una, pero se sabe sólo al final,

después,después de naufragar entre ellas.

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lunes, enero 16, 2012

Deslizándome por mi mejor sueño

Uno de los sueños que ahora recuerdo (y me sorprende) es el de deslizarme a milímetros del suelo, pero sin tocarlo. Y me sorprende haber tardado tanto en recordarlo aquí porque posiblemente sea el sueño más recurrente que he tenido. Y no sólo eso. Es el sueño que considero más mío, aquél que de alguna forma mejor me expresa. Nunca me extrañó soñarlo y creo que siempre tuve la esperanza de poder conseguir que se hiciera realidad. Todavía la conservo.

Recuerdo (y no dejo de sorprenderme) el esfuerzo que tenía que hacer para contrarrestar la fuerza de la gravedad y despegarme del suelo. Durante unos segundos mis piernas me dolían terriblemente, hasta que conseguía vencer la invencible atracción del suelo. A partir de ese momento todo era fácil y yo fluía deslizándome sin encontrar resistencia, ante el asombro de la realidad atónita.

Recuerdo (y esto no me sorprende) el esfuerzo que tenía que hacer para contrarrestar el escepticismo de los demás y despegarme del suelo. Nadie comprendía la magnitud del esfuerzo y todos se refugiaban en dos únicas posibilidades: la imposibilidad o el engaño. Pero al conseguir vencer la invencible incomprensión del ser humano, todo era fácil y yo fluía deslizándome sin encontrar resistencia, ante el asombro de la concurrencia atónita.

viernes, enero 06, 2012

Las dos partieron

Fue mi alma, y no yo, quien te conoció de verdad.
Me di cuenta tarde de la engañosa ilusión de conocerte.
Te pensé mía, arrastrado por la enamorada fuerza de mi alma compañera.
Pero fue ella, y no yo, la que te comprendió, te amó y te siguió, dejándome sin ti y sin ella.


“Te llevaste mi alma enamorada
y me dejaste intentando unos boleros.
Soñé que en el mundo éramos dos
y me desperté tercero”

Mi alma me ha dicho que se ha enamorado de otra, que me pide permiso para conquistarla.
Mi alma me ha dicho que me va a presentar a la dueña de la otra por si es posible que salgamos los cuatro de parejas.
Mi alma me ha dicho todo esto sin hablar.

Sesión inaugural

La luz abrió el turno de discursos. El viento y la tierra se arremolinaban en un rincón para silabarse susurros de materia suspendida (y alejarse de los focos), cuando el sueño, que poco antes se desperezaba entre almohadones, irrumpió anunciando que 2012 había comenzado.

Bajo el mismo cielo (pero mirando al suelo), el ser humano permanecía ajeno a estallido de tal naturaleza, mientras discurría atento a su previsible y aburrida desaparición. Sólo unos pocos insomnes acertaban a ver llegar de oriente el inicio de aquel nuevo tiempo.

No era otro que el 2012 cabalgando sobre goletas aladas, mitad espuma, mitad futuro, desafiando a los descifradores de calendarios, a los súbditos de 2011 y a los cofrades de 2013, a los seguidores del probable rasero y a los deudores de si mismos sin porqué, e invitando a todos ellos a mirarle a los ojos.

La tiniebla cerró el turno de discursos.