Entiendo muy bien el significado de los sueños, es decir, no los entiendo en absoluto.
También entiendo el significado de la vida, es decir, no la entiendo.
Lo único que hay que entender (o no entender) son las elucubraciones que hacemos los humanos sobre sueños y vida, para, parece ser, poder vivir.
domingo, mayo 31, 2009
martes, mayo 26, 2009
Sangrante
De acuerdo, me rindo. Toma tú el teclado y escribe lo que yo quisiera y no sé. Llevas tiempo observándome, esperando que reconozca mi incapacidad para llevar a cabo la tarea de trasmitir los sueños.
Ahí lo tienes. Todo tuyo. Pero déjame que te haga la pregunta: ¿tú quién eres? No vaya a ser que seas un sueño. Porque, entonces, no me vales. Necesito alguien que esté de este lado, alguien afectado por la gravedad de vivir.
Hablar de sueños desde los sueños, es un mero ejercicio de imaginación. Arrancarlos de su mundo y traerlos aquí, vale la sangre de una vida.
Infectada de pasión.
Ahí lo tienes. Todo tuyo. Pero déjame que te haga la pregunta: ¿tú quién eres? No vaya a ser que seas un sueño. Porque, entonces, no me vales. Necesito alguien que esté de este lado, alguien afectado por la gravedad de vivir.
Hablar de sueños desde los sueños, es un mero ejercicio de imaginación. Arrancarlos de su mundo y traerlos aquí, vale la sangre de una vida.
Infectada de pasión.
domingo, mayo 17, 2009
De gratis
Mi sucia mirada sólo ve contratos por doquier. Prestaciones y contraprestaciones. Yo te doy a cambio de. Cláusulas. Espero que correspondas. Compromisos ad hoc.
Nos enseñan a “ganar la vida”,
nos predican para “ganar el cielo”.
Se compravende felicidad a diferentes precios, pero la vida y el cielo son sólo nombres de la gratuidad.
A ver si nos damos cuenta de una puta vez de que los sueños no se merecen, ni se fabrican, ni se alcanzan.
A SOÑAR, A SOÑAR,
HASTA ENTERRARNOS EN EL MAR
Nos enseñan a “ganar la vida”,
nos predican para “ganar el cielo”.
Se compravende felicidad a diferentes precios, pero la vida y el cielo son sólo nombres de la gratuidad.
A ver si nos damos cuenta de una puta vez de que los sueños no se merecen, ni se fabrican, ni se alcanzan.
A SOÑAR, A SOÑAR,
HASTA ENTERRARNOS EN EL MAR
miércoles, mayo 13, 2009
In memoriam
Sin actitud, el talento sólo sirve para artificios.
Como diría Antonio Vega: “… no hay nada mejor que formular, escuchar y oír a la vez”.
Aunque, cuando alguien conjuga talento y actitud, está jodido. Somos los otros los beneficiarios.
Gracias, Antonio.
Como diría Antonio Vega: “… no hay nada mejor que formular, escuchar y oír a la vez”.
Aunque, cuando alguien conjuga talento y actitud, está jodido. Somos los otros los beneficiarios.
Gracias, Antonio.
domingo, mayo 10, 2009
Fábrica
La pasada noche soñé con unas mujeres que tejían afanosamente unos hilos de luz. Les pregunté: “¿qué hacéis?”. Una de ellas me respondió: “fabricamos el día de mañana, para ti y para otros, con el fin de que alguien nos recuerde y podamos existir en el hoy”.
A estas alturas, no voy a creer en sueños, aunque lo cierto es que esta mañana, al despertar, había un día para mí. No sé a quién agradecer este nuevo trozo de vida, pero tal vez no sería mala idea fabricar un mañana para alguien que pudiera recordarme y así existir en este hoy que se me ofrece.
A ver si consigo unos hilos de luz.
A estas alturas, no voy a creer en sueños, aunque lo cierto es que esta mañana, al despertar, había un día para mí. No sé a quién agradecer este nuevo trozo de vida, pero tal vez no sería mala idea fabricar un mañana para alguien que pudiera recordarme y así existir en este hoy que se me ofrece.
A ver si consigo unos hilos de luz.
miércoles, mayo 06, 2009
Muda inocencia
“A la vuelta de la esquina de creerme inteligente, me encuentro con que soy imbécil”, le decía yo a una camarera en un sueño recurrente.
Escenas como esa, que yo me veo protagonizar mientras duermo, son las que me han llevado a no querer encontrar significado a los sueños, a amarlos simple y angelicalmente.
A amarlos porque cuentan la vida sin explicarla, valiéndose del humo de un onírico bar de fumadores, donde no es preciso respirar para comprender la muda irrealidad de la camarera.
Y es que, si ella hablara, nos sabríamos despiertos y de regreso a la vigilia, condenados a preguntarnos si sus labios mienten. Como los nuestros.
Escenas como esa, que yo me veo protagonizar mientras duermo, son las que me han llevado a no querer encontrar significado a los sueños, a amarlos simple y angelicalmente.
A amarlos porque cuentan la vida sin explicarla, valiéndose del humo de un onírico bar de fumadores, donde no es preciso respirar para comprender la muda irrealidad de la camarera.
Y es que, si ella hablara, nos sabríamos despiertos y de regreso a la vigilia, condenados a preguntarnos si sus labios mienten. Como los nuestros.
viernes, mayo 01, 2009
A propósito de Slow
De análoga manera que hay una única velocidad para enseñar mientras se aprende, sólo hay un ritmo para que el sueño y la vida se reconozcan mutuamente.
A otro ritmo, los sueños se despeñan.
A otro ritmo, los sueños se despeñan.
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