jueves, octubre 21, 2010

Lux antiquior amore

“La luz es más antigua que el amor. El factor tiempo es por lo tanto clave para comprender los mecanismos de la luz. Porque si el amor es propiedad exclusiva de nuestra especie –perros, gorilas o caballos no aman-, cabe pensar en un tiempo, antes del amor, en el que la luz ya existía, y cabe así mismo pensar (desconozco qué pensamiento resulta más desalentador, si aquél o éste) en un tiempo, después del amor, es decir, después de los seres humanos, en el que la luz seguirá existiendo. Los científicos, que han ocupado durante el siglo XX el lugar de los filósofos y de los artistas, pues no sólo han interpretado el mundo, sino que también lo han explicado poéticamente, disponen de un gran número de imágenes para hacernos sentir nuestra pequeñez. Una es ésta: la luz existe con independencia de que exista un sujeto que la contemple”

Ricardo Menéndez Salmón

lunes, octubre 04, 2010

Sin hacer pie

Al echar la nave al mar, caemos en la cuenta de lo poco que ha servido decorarla, de lo inútil que va a resultar su guapura en caso de tormenta, de lo vana que llegará a parecer lejos del puerto.

No hará falta que ruja el temporal. El primer relámpago revelará la necedad de los oropeles cuando no hay más espectador que la inmensidad.
Mi barca se llamaba “Flamenca” y no entendía de superficies.
Unos ojos marinos la llevaron a su hondura,
la acunaron en el lecho profundo de sus sueños
y mecieron sus anhelos con las palabras azules de los peces.

Su duende se avino en sabiduría.