martes, mayo 24, 2011

Mayo del 11

Igual que hicimos siempre, buscamos un atajo para expresar la complejidad en lugar de construir un lenguaje que transformara la nebulosa en mundo, los sueños en vida.

No había tiempo que perder o no sabíamos manejarlo como los medios.

La acampada había llegado a una playa soñada pero nos faltaba el mar. O por lo menos el río que preñara un estribillo de melodía, el agua que desbordara un cauce, el silencio primario que alumbrara un ritmo.

Sin prisas.

viernes, mayo 13, 2011

Renovado

Me acerco al río, me aproximo físicamente a él con la esperanza de que me reciba como si yo también fuera una corriente de agua que se escapa en la distancia. Estoy cansado. Llevo días mirándolo como un hombre cansado que sólo piensa en si mismo, como alguien que demanda, que exige. Durante ese tiempo, he preferido olvidar que lo amo y subordinar su naturaleza a la mía. Él no me lo ha tenido en cuenta, sabe mejor que yo que no hay prisa para que dos amigos se comuniquen. No insiste en sacarme del error. Me deja a mí elegir el momento de salir.

Volveré mañana al río. Caminaré antes algunos kilómetros para que no me pese el cansancio. Si lo consigo, me recostaré en la orilla para retomar nuestros sueños.

Y vendré aquí a seguir escribiendo sobre la vida.