Si el sueño seduce con la vida a la inteligencia,
ésta le amenaza con el análisis.
domingo, octubre 28, 2007
lunes, octubre 22, 2007
Desencauzado
Antes de quedar dormido, una voz se interpuso, diciéndome:
“¡Corre, Nacho, corre!
Desliza la vida por el cauce/profile que has tallado con tu propio esfuerzo, el de los que te quieren, el de los que te odian y el de los profesionales de la publicidad.
Tus señas de identidad están marcadas. El dibujo de tu trayectoria no ofrece dudas. Incluso es original. Alguien podría enamorarse de un perfil tan singular. Tal vez tú mismo."
Callada la voz, me dormí.
Ya en el sueño, no encontré esa línea. Los meandros estaban inundados por las imágenes y las historias más absurdas anegaban los límites de la imaginación.
Sin querer despertarme, abrí un libro de Hugo Múgica y leí:
“el río corre
el desborde fecunda”
“¡Corre, Nacho, corre!
Desliza la vida por el cauce/profile que has tallado con tu propio esfuerzo, el de los que te quieren, el de los que te odian y el de los profesionales de la publicidad.
Tus señas de identidad están marcadas. El dibujo de tu trayectoria no ofrece dudas. Incluso es original. Alguien podría enamorarse de un perfil tan singular. Tal vez tú mismo."
Callada la voz, me dormí.
Ya en el sueño, no encontré esa línea. Los meandros estaban inundados por las imágenes y las historias más absurdas anegaban los límites de la imaginación.
Sin querer despertarme, abrí un libro de Hugo Múgica y leí:
“el río corre
el desborde fecunda”
lunes, octubre 15, 2007
Sueño inexorable
Raquel se mordió el labio inferior de la misma manera que lo hacía cuando era niña. Ahora ya no lo era. O sí. Tal vez, pensó, ella tuviera una edad indeterminada como consecuencia de sus lecturas budistas. Sea como fuera, dejó el libro sobre la mecedora y se levantó a la ventana. Quería sorprender por fin a la vida echándose una siesta. No tenía dudas de que la realidad se reía de ella y sólo se ponía en marcha cuando Raquel asomaba. Pero no importaba. También Raquel se reía de la vida. Sabía ser escritora y personaje, artista y arte, diosa y parte. Su corazón no la abandonaba y la arrojaba a soñar a cada momento en las mismas barbas de su cerebro... de la misma manera...
viernes, octubre 05, 2007
Lapso
En algún momento, mi alma decidió dejar de perseguirte. Ignoro el instante en que tal fin sucedió, como desconozco la fecha de comienzo de la inútil correría. Sencillamente, tuvo lugar con la grave naturalidad del descenso inclinado.
Ya no tengo que esforzarme en retorcer los ímpetus, en reconducir las ansias, en convencer del dislate a mi espíritu. Ni siquiera siento la huella, la esperada cicatriz del sueño frustrado. Tanto que, cuando lo rememoro de nuevo, acabo perdido en el futuro.
Ya no tengo que esforzarme en retorcer los ímpetus, en reconducir las ansias, en convencer del dislate a mi espíritu. Ni siquiera siento la huella, la esperada cicatriz del sueño frustrado. Tanto que, cuando lo rememoro de nuevo, acabo perdido en el futuro.
martes, octubre 02, 2007
Compartir
Compartimos nuestros sueños.
¿Seguro?
No. No lo creo. No hay nada más incompartible que los sueños.
Decimos que compartimos la vida.
¿Cierto?
No. No lo hacemos. Tal vez el tiempo o el espacio, pero ¿la vida?.
La vida está hecha de sueños.
¿Seguro?
No. No lo creo. No hay nada más incompartible que los sueños.
Decimos que compartimos la vida.
¿Cierto?
No. No lo hacemos. Tal vez el tiempo o el espacio, pero ¿la vida?.
La vida está hecha de sueños.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)