lunes, octubre 15, 2007
Sueño inexorable
Raquel se mordió el labio inferior de la misma manera que lo hacía cuando era niña. Ahora ya no lo era. O sí. Tal vez, pensó, ella tuviera una edad indeterminada como consecuencia de sus lecturas budistas. Sea como fuera, dejó el libro sobre la mecedora y se levantó a la ventana. Quería sorprender por fin a la vida echándose una siesta. No tenía dudas de que la realidad se reía de ella y sólo se ponía en marcha cuando Raquel asomaba. Pero no importaba. También Raquel se reía de la vida. Sabía ser escritora y personaje, artista y arte, diosa y parte. Su corazón no la abandonaba y la arrojaba a soñar a cada momento en las mismas barbas de su cerebro... de la misma manera...
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4 comentarios:
la clave está en ese corazón... precioso, me ha encantao ;)
besicos
En ese corazón que es niño, loco y soñador. O no es corazón.
Beso.
O es budista.
¿Un corazón budista? Parece lo más lógico, Eleafar.
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