Si en algo me reconozco es en la continuación de los momentos indomables de quienes me precedieron. Como en la saga de las Santángel.
"Fue norma en la familia Santángel que las mujeres nacidas ya cristianas
llevaran los nombres de las ajusticiadas por la Santa Inquisición para
completar las vidas de aquellas, muertas por lo general jóvenes
y sin poder demostrar que no eran ciertas las culpas
que les trajeron ese final horrible en la hoguera"
(La casa de los dioses de alabastro)