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He oído muchas veces el argumento de que uno escribe como terapia. Yo mismo me he sorprendido, espantado, cavilando si no lo haré por eso. Pero nunca se me ha ocurrido pensar que soñaba como terapia, aunque a veces creo que escribo como si soñara. Para leerme como si viviera.
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Este blog es el medidor de mi felicidad. Si escribo los post mientras camino, es que soy feliz.