Fue mi alma, y no yo, quien te conoció de verdad.
Me di cuenta tarde de la engañosa ilusión de conocerte.
Te pensé mía, arrastrado por la enamorada fuerza de mi alma compañera.
Pero fue ella, y no yo, la que te comprendió, te amó y te siguió, dejándome sin ti y sin ella.
Me di cuenta tarde de la engañosa ilusión de conocerte.
Te pensé mía, arrastrado por la enamorada fuerza de mi alma compañera.
Pero fue ella, y no yo, la que te comprendió, te amó y te siguió, dejándome sin ti y sin ella.
“Te llevaste mi alma enamorada
y me dejaste intentando unos boleros.
Soñé que en el mundo éramos dos
y me desperté tercero”
Mi alma me ha dicho que se ha enamorado de otra, que me pide permiso para conquistarla.
Mi alma me ha dicho que me va a presentar a la dueña de la otra por si es posible que salgamos los cuatro de parejas.
Mi alma me ha dicho todo esto sin hablar.
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