martes, enero 09, 2007

De cabezas y límites

Echo una ojeada a mi alrededor y veo sólo cabezas. Cabezas surgidas del sueño, emergidas de sus propios sueños, intentando salir del sueño común, del sueño de los sueños.
Un enjambre de cabezas, de identidades individuales, luchando por ser en la diferenciación, en la semejanza, en la confrontación.
Y ahí en medio, mi propia cabeza, escribiendo su propio blog, soñando el blog de los blogs, arrasando los bordes para definirse.
Mi propia cabeza soñando crearse.

...

Mi límite es el sueño.
En ese territorio límite, tomo mis cañas y me arremango para la faena.
Allí (o aquí) es donde sueño que traspaso lo intraspasable.
Mi sueño es traspasar el límite.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Traspasar el límite... acceder al mundo en el que lo menos importante es el pensamiento, a la zona donde la singularidad puede resultar amenazante para quien carece de sueños... ¡Hay que tener valor para mantener la cabeza...! ¿o no?

Lúzbel Guerrero dijo...

Puede ser, pero se queda ud. siempre en ellos; no se preocupe, iré solo y le presentaré sus respetos al maestro

nacho dijo...

Se utiliza habitualmente la palabra "sueño" como sinónimo de "deseo". Yo no la escribo en ese sentido. Aunque un sueño pueda esconder un deseo oculto, para mi es otra cosa. Un sueño es un sueño. ¿Cuánto abarca? ¿Toda la vida es sueño?. Llevo más de 180 post intentando responder a esas preguntas y, mientras tanto, vivo y sueño. Sueño y vivo.

Querida Palabrita, la singularidad siempre es amenazante y la base de la diversidad, es decir, de la vida.

Querido Luzbel, no irá sólo, irá con sus sueños.

Anónimo dijo...

Los deseos son ilusiones, anhelos insatisfechos que esperamos lograr para completar nuestro ser. Soñar es vivir otra dimensión, dar rienda suelta a nuestro alter ego y, sí, casi seguro que encierra deseos ocultos.
Querido Nacho, tus post son bellos, profundos, inquietantes, sugerentes... ¡filosofía en estado puro! muchas gracias por compartirlos

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Sería como el nirvana o el cielo de los místicos...