Pongo la radio y escucho:
"...en aquellos tiempos de veranos casi eternos, los mayores se echaban la siesta, tras devorar una comida pantagruélica, y los niños aprovechábamos. El tiempo se detenía para nosotros y muchas inocencias se perdían..."
En estos tiempos, yo persigo los momentos en que los mayores duermen y así cambiarles el mundo.
Tal vez sería mejor dormir también y dejar a los verdaderos niños culminar la tarea.
lunes, agosto 29, 2005
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6 comentarios:
Ah, qué cierto.
Cuando los mayores dormían...cuántas travesuras y conocimientos acometíamos...
Un muy grato salute Nacho.
Alguna vez me gustaría sostener una conversa contigo...
Cada cosa a su tiemo querido Nacho; dormir la siesta es convertirse en un rey mago para los exploradores del mundo. Por las dudas mantener un ojo alerta y un extintor a mano.
A mi me gustaría sostener un sueño contigo, Vir, per la diferencia horaria...
Estoy contigo Omar, cada cosa a su tiemo.
Teresa, la niñez se conquista.
:) Bicos
estoy agotada de la vuelta del viaje, nacho, y hoy, mientras duerma la siesta, soñaré confiada, en que estás cambiando el mundo.
gracias por tu activa vigilia
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