Venía cargada de voltios. Vital y mortal.
Fue tocarla y todo estalló.
Sólo el cerebro sobrevivió para rastrear si realmente hubo algo entre el prólogo y el epílogo.
Para bucear en los sueños de su eco.
Para penetrar en los delirios de su recuerdo.
Para recrear el latigazo de cada uno de sus voltios.
Y vivir.
viernes, mayo 19, 2006
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9 comentarios:
La chispa de la vida ( y no hablo de la Coca Cola)
O la vida misma, Noemi.
Me ha encantado...si señor, mucho, mucho, mucho...
Que haya tiempos en los que ni esa parte de tu cerebro se libre de la bendita explosión.
Muchos besos.
declaro la necesidad de ser ella a los ojos de EL
¡Qué raros somos, Teresa, Laura, Susy, Paola! ¡Hala, a meter todos los dedos en el enchufe!
Eh, palabras como éstas atizan el instante... o es pura emoción, spleen, sí.
O emoción impura, Vir. No hay que desdeñar la metralla.
Claro, más bien emplear el destello y clac.
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