miércoles, enero 25, 2006

Vuelvo a soñar que la montaña no está quebrada

Algunos días hasta consigo que las palabras me alcancen y se acerquen a esta realidad que sueño. Y al acercarse, se interponen como una nube entre el sol y mi piel, pareciendo que algo cambia. Llego a creer que unas cuantas palabras, convenientemente colocadas, encajarán por un instante eternizable las piezas desatadas de mi vida. Pero el abismo es demasiado evidente. El dios sol exige cegar mis ojos de atrevido Ulises y condenarme al tibio sueño de la razón y al tormento de la nostalgia. La crueldad de la pena demanda que mi celda no sea hermética, las palabras se filtren y el olvido me haga de nuevo un hombre confiado, dispuesto a reemprender el carrusel de su escalada.

5 comentarios:

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Aunque las palabras sea cansancio y en la piel y en los ojos se desvanezca, queda algo innombrable, algo metafísico....
Como en una película de Tarkovsky, ¿recuerdas 'Starkel''

Lúzbel Guerrero dijo...

¡Demonios hombre, cómo escribes!
Hermosa pieza, ¿hace un pactito?

nacho dijo...

No recuerdo Skartel, Vir. Sólo sé que este texto me ha sido impuesto por una fuerza que siempre me acompaña.

Luzbel, soy un hombre de pactos, es decir, un hombre.

Sólo es un trazo del cuadro. Haré otros más "corazonadores". Por cierto, ¿has visto la exposición de Pepe Cerdá?

nacho dijo...

Supongo que está claro, pero el último párrafo iba para Teresa.

nacho dijo...

Teresa, la medio-ví el día de la inauguración porque había mucha peña. Volveré.

Estimado lennymiller42708....etc ¿Qué puedo decirte?