jueves, octubre 13, 2005

Siesta en la botillería

¿Os imaginais echar una siestecita entre candiles multipábilos, cornucopias ornamentales, azafates y tabaques? Estais invitados. Sólo hay que viajar hasta el XIX.

Dice José Blasco Ijazo:

"... hacia 1850 existían en Zaragoza unos establecimientos llamados botillerías, en los que el público buscaba cómodo refugio. Eran tiendas en las que se hacia aromático café en pucheros y se vendían bebidas alcohólicas heladas. Dadas las calles estrechas en las que se hallaban situadas, ofrecían una sombría intimidad, iluminada la estancia con sus candiles multipabilos que dejaban contemplar numerosas cornucopias ornamentales. Se servían bebidas de nombres hiperbólicos y apetitosos artículos que constituían una delicia para los concurrentes. Los vasos que se empleaban eran de recio vidrio y los servidores no empleaban bandejas, sino azafates y tabaques, entre cuyos mimbres se exhibían los botellines de diferentes licores. Lugares un tanto sombríos y retirados de los habituales circuitos. Se calcula que por aquel entonces habría unas diez botillerías pero, según cuentan, tenían los días contados pues una nueva modalidad de establecimiento se impondría en poco tiempo: eran los cafés."

1 comentario:

nacho dijo...

Algo sí que nos hemos perdido, Noemi.
A mi me hubiera gustado echarme un sueñecito, después de tomar una de aquellas bebidas de nombre hiperbólico.