lunes, octubre 31, 2005

El arte de soñar

Hoy mi espalda se empeña en no dejarme soñar. El dolor me obliga a concentrarme en él. Es su tiranía.

Pero yo soy un poco rebelde y no pienso darle la satisfacción de rendirle vasallaje. Tengo demasiadas cosas que soñar como para estar sujeto a tan mediocre rey.

Otros de su misma calaña, como el enamoramiento, la soledad o el lucro, acechan para someterme a sus leyes. No saben, los vendedores de humo, que un soñador es un mal enemigo.

¡Demasiadas sirenas pugnando por un cliente fiel!

Y yo a mi bola. Divagando y aprendiendo. Aprendiendo que el arte de soñar está compuesto de estos tres elementos: distracción continua, desprecio por el tiempo y amor por todo lo creado.

6 comentarios:

Alphonse Zheimer dijo...

¡Di que si!, que esperen.

comolar dijo...

"amor por todo creado"???
creía más bien en que incita a soñar el desprecio por lo existente, y las ganas de mejorarlo, obviarlo o reinventarlo. ¿?

nacho, me encantas, conste.Saludos

nacho dijo...

Eso, Omar. Lo primero es lo primero.

A soñar incita la vida. Soñamos lo que somos (aunque ninguno lo entendemos). Besos, Beclen.

Verso dijo...

Cuando sueñas pones el mundo como a tí te gustaría, nadie puede quitarte eso.
Ya tengo las fotos del kiosko :-O; lástima que en mi siguiente viaje no pueda conocer el maravilloso café.

Tana dijo...

Soñar es una prioridad :)

nacho dijo...

Incondicional, cuando sueñas enriqueces el mundo como a ti te gustaría, o como dictan los que gobiernan los sueños.

Sí Tana, vivir es una prioridad.

Besos.