Me acabo de despertar. Todavía me duelen las manos de los pinchos que me clavé hace dos noches, cuando intenté saltar la valla junto a otros negros como yo.
Hace un rato me quedé dormido aquí, en medio del desierto. Tras dos días sin comer, las fuerzas me abandonaron y no pude permanecer despierto. Soñé que era blanco.
Era blanco pero las manos seguían doliendo y mis papeles tampoco servían.
También el miedo era igual.
lunes, octubre 10, 2005
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4 comentarios:
Blanco, negro o como seas, tu sueño permanece y el miedo se irá,
se irá, soñador.
Vir, el miedo se irá, pero no podré dejar de cantar con Silvio:
"Mi sombra dice que reírse
es ver los llantos como mi llanto,
y me he callado, desesperado
y escucho entonces:
la tierra llora."
pues sí, el miedo es igual
Pues si, Beclen. Y lo peor es el miedo al miedo.
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