lunes, enero 19, 2009

... y dedicaos a hablar de amor en los bares

Trocead la emoción,
empaquetad los sueños
para que triunfen vuestros maestros,
para que vuestros discípulos tengan éxito.

No lloréis de dolor
amor,
alegría,
gratitud,
pasión o
belleza,
más de lo necesario.

Pasad por la vida como os han enseñado,
como sabéis que no se debe pasar.

Seguid dándole importancia a lo que huele,
a lo que brilla,
a lo que vale,
a lo que mata,
a lo que puede,
a lo que sabe o
a lo que gana.

Olvidad de una vez la grandeza inmaterial que un día descubristeis dentro de vosotros.

Seguramente, estabais borrachos.

2 comentarios:

Antón Abad dijo...

Seguramente amigo mío, seguramente lo estaba yo; lo bueno es que aún no se me pasa del todo, y a veces vuelve esa turbación del sentido práctico. Junto los pedazos de emoción, abro la caja movediza de los sueños, y ellos revolotean alegres ¡hip! perdón.

nacho dijo...

En algunos casos, podría cambiar el "estabais borrachos" por "sois unos borrachos". Pero no va por usted, Antón, sino por gente como Luzbel y otros.