viernes, enero 09, 2009

Maridaje

Para encono de los amantes de las alambradas, la mente humana está hecha para traspasarlas, dotada para el salto, diseñada para la mezcla de mundos.

A veces, esos recorridos intermundanos tiene un hilo conductor, un evocador sentido común que los amalgama y los convierte en un itinerario relevante.

Algo de eso me ha pasado al escuchar a Maruja Torres, leer a Antón Abad y recordar a Walt Whitman.

A la primera, le escuché decir que sus amigos, ya muertos, Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán, le habían exigido desde el más allá: "eh, nena, no te resignes".

Al segundo, le leí el post Descontando Holocaustos , en el que emplea sus palabras para exigirse y exigirnos: "paremos este horror a como dé lugar".

Al tercero, le recordé en sus versos, que exigían:

"No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber"

"No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes"

Triple exigencia nacida de tres mentes diferentes.
Tres espacios sin límites convertidos en camino.
Un camino hecho de pasos, para los pasos que hay que dar.

Exijo. Yo también.

2 comentarios:

Lúzbel Guerrero dijo...

¡PLÍÑ! inaugurando post
Oiga Nacho, ¿como se atreve a poner al SANTÓN entre esos dos nombres? seguro que le prometió los ORFIDALES vencidos que se encuentra en los cubos
No me contamine a mi MARUJA ni a MI WALT DIS...WITHMAN

nacho dijo...

Bueno, Luzbel, también crucificaron a Jesucristo entre dos ladrones ¿no?