Decía Octavio Paz que, “el ritmo no es una medida del tiempo, sino una visión del mundo”.
Tal vez por eso, abandonamos, al dormir, la tiranía que nos impone el tiempo, la vorágine que nos impide coger el ritmo necesario para ver el mundo soñado.
Si dormir puede parecer (a algunos insensatos) “perder el tiempo”, despertar puede significar “perder el ritmo”.
Ese ritmo que destila nuestro cerebro cuando se guisa en su propio jugo. En su propio sueño.
viernes, noviembre 10, 2006
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5 comentarios:
ja, me agrada esa reflexión sobre despertar y perder el ritmo...
quisiera argumentar muchas cosas,
no sé, creo que mi voz por aca no hace falta.
En todo caso, ya sabe que siempre vengo aunque nunca me vea.
Excelente querido Nacho, pero como Ud. apuntaba, hay quienes estan sólo interesados en sus trapicheos de vigilia y recalifican el espacio de los sueños para usufructuarlo en su Babel dorada.
Abundando en la reflexión de Don Octavio Paz, me atrevería a sugerir se considerara también la posibilidad de una percepción sensual del mundo. Buenas noches
Siempre te veo por aquí (ahora que aquí significa en cualquier parte), Laura. Tu voz hace falta.
Ahora que lo dices, Luzbel (perdona el tuteo, pero estoy familiarizado con los diablos), la recalificación alcanza todos los rincones de la existencia. Hasta hay quien se recalifica como demonio.
Dormir es soñar
Soñar es vivir
vivir es amar
Amar es morir
Nacho, me acordé de gente que conozco a la que se le ve distraída, como si estuvieran en otra parte y a la vez donde están parados. Se ven cono ángeles distraídos. Me pregunto si no será porque el ritmo está en ellos.
Por eso cuando hay despreocupación, hay ritmo, creo...
creo :)
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