martes, septiembre 19, 2006

Punto de inflexión

Nadie me enseñó a disfrutar las calles a distintas velocidades.
Nadie me enseñó a tallar contornos femeninos en la niebla.
Nadie me enseñó a bordar sueños propios sobre conversaciones ajenas.
Nadie me enseñó a retar la mirada de los niños.
Nadie me enseñó a encontrarme mientras me pierdo.
Nadie me enseño a mirar más allá.
Nadie me enseño a pensar en ti todo el tiempo.

Debió de haber algún momento en el que abrí el segundo capítulo de mi Curriculum Vitae. En el que me inventé a mi mismo.

Nadie me enseñará en el futuro todo lo que necesito para vivir. O sigo inventando, o estoy muerto.

7 comentarios:

Lúzbel Guerrero dijo...

Brillante como siempre querido Nacho, no sabe la alegría que siento de volver a sentir su presencia de inventor de espejos múltiples. Bienvenido.

nacho dijo...

En eso estamos, Luzbel. Me alegro de saludarte.

Autodidactas sin fronteras. Besicos, Teresa.

Anónimo dijo...

Fíjate: con dos minutos que se te baje la pila, te atropella un auto!

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Como una declaración de un amoroso despistado.

nacho dijo...

¿Sólo dos minutos, Noemi? ¡Vaya agobio!

Algo despistado...., me gusta, Vir. Con toda la anchura de la vida. Sin pistas.

Eleafar Cananita dijo...

jaja maravilloso. pense que era el unico mañoso que se entregaba al antiguo deporte de tallar contornos femeninos en la niebla.

bueno.

nacho dijo...

Todavía debe quedar alguno por ahí, Eleafar.