martes, abril 18, 2006

Construcción

Caminaba la otra noche por una estrecha calle zaragozana, sin poder apartar mi alma de los tambores que acompañaba y sin poder apartar mis ojos de la hermosa torre mudéjar de La Magdalena, iluminada.

Las luces de esta época alumbraban esa antigua maravilla y los sones del momento realzaban aquellos otros, lejanos en el tiempo, pero tan familiares.

Más que la magia del momento, me conmueve la capacidad de desvelarnos en el cuidado de las obras de los que vivieron antes, fusionando nuestros sueños con los suyos, en un acto de respeto y belleza creadora.


P.D. Muchos creen que la torre se construyó en el siglo XIV. Es mentira. La construimos todos los días.

4 comentarios:

comolar dijo...

y todos los dias ella nos construye a nosotros... ¿o acaso no miras hacia donde apunta la veleta para decidir por donde empezar el paseo?
saludicos

nacho dijo...

Y todas las noches, sí, Teresa. Y ella a nosotros, sí, Beclen. Coincido en esta idea de la "construcción multipolar continua".

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Nostalgia futurista.

lo de la 'construcción multipolar continua' suena terriblemente estimulante,
:)

nacho dijo...

No sé si "estimulante", Vir, pero sí que "terriblemente"