Bueno, pues ahora que el vértigo y la vacuidad nos rodean, yo voy a aflojar el paso.
De esta manera, podré seguir levantando la vista sin tropezarme, descubrir las enaguas y los canecillos que nos miran desde las alturas, disfrutar y aprender con los premiosos, ajustar mis latidos a las pequeñas grandezas...
...volar lento y bajo, planear a ras de los jardines, deslizar la tripa por los toboganes, charlar sin resuello y divagar hasta perder el hilo.
Con un poco de suerte, me duermo en el camino. Y te encuentro.
viernes, marzo 17, 2006
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6 comentarios:
No me encuentres, te acompaño
No te acerques, te araño
No te alejes, soy huraño
Navegamos hace hace años
y cruzamos los rellanos
porque te tomas mi tiempo
Sin avisar de antemamo.
Sabia decisión querido amigo.
Eso es, Jose, hay que tomarse muchos tiempos DIFERENTES.
Como dijo un sabio de por aquí, Luzbel, "la sabiduría está flotando en el ambiente"
Es que lo mejor para renacer es pillar el ritmo adecuado, saber bailar con la vida. Besos.
Nacho querido, qué sencillo parece todo cuando escribes...
Como si no existiera la desolación.
Vir, tal vez escribir sea una manera de combatirla o de preñarla de otra realidad.
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