
Por el Paseo de la Independencia, cada uno a su hora,
lucían el tipo las modistillas, los menestrales,
los señoritos y los pollos-pera.
Todos, eso sí, con calma.
Los domingos por la mañana no solía faltar la banda de
música de algún regimiento que interpretara
con brío castizos pasodobles o aires marciales.
La gorra de visera debía encasquetarse con un toque especial,
más o menos audaz, si se pretendía estar "a la page".
3 comentarios:
Si, se puede añorar lo que no se ha vivido, como dice Calle en Princesas. Acabo de comprobarlo de nuevo.
Estaba en otro sueño, radicamente distinto a éste.... Y llegue´aquí.
Ahora entraré a este sueño.
Beclen, yo lo he vivido...en mis sueños.
Vir, ¿sabes la teoría de los sueños comunicantes que dejaron de ser vasos?
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