lunes, septiembre 14, 2009

Declive

Camino contra el aire por el sueño de mi tarde, con los ojos abiertos y la mente entrecerrada, con las ideas veladas, la mirada hueca, las ausencias presentes… y el recuerdo abotargado por la excesiva cercanía de un instante pleno.

Me cuesta definir la forma que adquiere mi presente.

Camino…, los tilos del paseo me confunden con sus sonrisas y las fugas de las bocacalles me incitan a descubrir la geometría que un día me sacará de este laberinto. Todo parece, hoy, más complejo. Solicito la ayuda de mi inteligencia para vadear la otra cara de la luz, pero sólo encuentro sueños en este atardecer.

Mi lucidez transita definitivamente entre la niebla. Se ha vuelto deductiva. Se ha declarado sugerente. Ha doblado la mitad del recorrido. Desde la tristeza, ha dejado de ser inocente.

Y soy más feliz.

3 comentarios:

Teresa dijo...

pos yo también :)

Antón Abad dijo...

Hermoso texto amigo mío; deleite de unos pocos según veo, pero de una belleza embriagadora.

nacho dijo...

Ojo con conducir tras leerme, amigo Antón.