viernes, julio 03, 2009

Lábil

Recuerdo levemente aquel tiempo en que no interpretabas mis caricias, o eso creía.

Recuerdo el recuerdo de aquellos días, pero me olvidé de las razones que tenía para amarte.

Asesiné todos los argumentos y tan sólo indulté tu belleza ... y aquél sol de mediodía, que se grabó con tu sonrisa en el centro de mis sueños.

7 comentarios:

jose Fernandez de Villalta dijo...

Cualquier sonrisa grabada,
perdura mas alla de risas o llantos histrionicos

Inuit dijo...

Mucho amaste tú,
poeta en prosa.
¿Hay razones para amar?
Amar... es un sentimiento tan íntimo que la razón lo desprecia.
Inuits

nacho dijo...

Incluso más allá todavía, Jose.

Sí, Inuit, creo que hay razones, pero, como en los sueños, se escapan en los despertares

Laura Martillo dijo...

wow
Qué frase...
no dejes de expresar lo que sientes nunca, Nacho
al menos no de escribirlo.

nacho dijo...

El futuro dirá si dejo de hacerlo, Laura. Aunque los sentimientos son difíciles de expresar si no es con sentimientos. En cualquier caso, me gusta que me conminen. Es una bonita forma de mojarse. Yo te conmino, a mi vez, para que tampoco lo dejes nunca. Pocas cosas encontrarás más esenciales. Un beso.

Antón Abad dijo...

Las razones pueden olvidarse parado sobre otras razones; las sensaciones sin embargo se apilan. Convenientemente prensadas, dan textos como este, que invocan en cada uno de nosotros, soles y sonrisas.

nacho dijo...

Invocan o evocan, Antón.