Una simple decisión me haría mejorar de golpe.
Mis sueños me lo repiten a diario, me dicen:
"Déjate de rodeos, Nacho, y elimina las excusas. No gastes el tiempo pidiendo perdón. Olvidate de medir la distancia que te separa de la felicidad. No te copies. Desenmascara los instantes de tu pasado a los que sigues anclado. Soplales con la fuerza del Cierzo y pièrdelos de vista. Aprende a morir a menudo. Alégrate de ser insignificante. No esperes nada ni confíes en nadie. Ama a todo y a todos. Ríndete. Ríete. Haz como nosotros, que vivimos sólo en la imaginación de otros, en sus deseos, en sus emociones, en sus ansias de transcender. Conviertete en un sueño para el mundo."
sábado, abril 11, 2009
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2 comentarios:
¡Esos son sueños!; ¡que no daría yo por tenerlos de ese tenor!; los míos son más bien como de los tres tenores: cada uno a su bola, intentando tapar a los otros. Si me lo permite, asumiré sus sueños como propios; además de didácticos, son muy agradables de leer.
La puerta está abierta, Antón. Y la barra es libre.
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