Ignoro de dónde saqué la idea de que despreciar la teología es contradictorio con creer a quien dice que te ama, pero no me importa. Lo que me importa es el recuerdo de que hubo una nube donde eso estaba escrito y que yo debí leer, pero no recordar la nube. Sí sentir el recuerdo. No recordar el sentido. Ni su forma.
Lo que me hace real el presente, en el presente, es que tal vez soñé o soñaré.
Soñar ahora me diluye.
martes, noviembre 18, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
La teología no es despreciable en sí misma, y no creer a quien te dice que te ama no es contradictorio con este desprecio, forma parte de la misma desconfianza de saber que, tanto en una como en la otra, hay personas detrás.
Entonces no es en tu nube donde lo leí, Antón.
Publicar un comentario