Perderse, de verdad perderse, es llegar. Llegar a un sitio desconocido, a un espacio sin espacio reconocible, a una utopía.
Es lo contrario de huir, ese espejismo viajero que ha de rendir necesario vasallaje al punto de partida.
Perderse, perderse de verdad, es llegar a un lugar que no tiene lugar pero tiene nombre: encontrarse.
jueves, septiembre 11, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
el anterior escocía, pero este endulza... ya no me siento tan perdida o sí?
gracias
Dulce pérdida, Teresa.
Publicar un comentario