Es verano cerrado. Aquí.
Es tiempo de mirar al infinito, de explorar la quietud, el suspenso de la noria.
Aquí, ahora, el vestido de la vida se desabrocha por el calor, se descose para seducirnos.
Y todo lo que hacemos es llevarnos la copa a los labios para beber y dejar pasar el momento, embriagados por el nimio espectáculo de ser espectadores.
No, no es verano. Al menos aquí. Al menos ahora.
Y no lo será hasta que sonriamos insatisfechos, temblorosos … y mojados.
lunes, agosto 18, 2008
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4 comentarios:
vuelvo y a re-leer y me gusta cada vez más todo
un beso!
Re-leer es una buena forma de comprobar lo que cambia el lector, que es a quien verdaderamente pertenece el texto.
otro beso!
el agua no tiene amigos, va por donde quiere y cuando quiere
El agua es ella misma, Manuel. Puede que no tenga amigos, pero es amable, susceptible de ser amada.
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