Me cruzo contigo en ese umbral claroscuro, tan fuera del tiempo, donde nada cabe.
La próxima vez, aunque sea imposible, dime algo con los ojos. Aunque no me vean.
Te aseguro que allí está mi sonrisa. Una sonrisa muda que, ni para decírtelo, puede dejar de soñarte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Nacho, por deux, cuánto romanticismo.
El mínimo, Virginia. El mínimo.
Publicar un comentario