Al final, lo más importante es aquello que se nos va de las manos. Como el silencio, al que dominamos suprimiéndolo.
El verdadero amor se nos escapa de nuestro control. Y si no se nos escapa, es que lo hemos matado.
¿Y los sueños?. ¡Ah, los sueños!. ¡Empeñados estamos en alcanzarlos!.
miércoles, abril 25, 2007
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4 comentarios:
el silencio no se va, lo atrapas. Lo logras asfixiar entre murallas de palabras que no dicen nada. Si el silencio se dejara ir, se podría respirar algo de libertad, no cree?
Sí, Laura, lo logras axfisiar, pero también definir. ¿Seguro que si se dejara ir se podría respirar algo de libertad?. Puede ser.
El silencio crea desasosiego, nos despoja de razonamientos lógicos dejando al aire nuestros miedos e inseguridades... nos sentimos indefensos... y es al intentar 'mantener el tipo' cuando perdemos lo esencial... así de enigmático y contradictorio es el humano
En la indefensión se puede crecer, Palabrita.
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