lunes, febrero 28, 2011

Una nube

Los niñatos esgrimen derechos en un mundo anciano y por cambiar de pañales, arrumbados en conchas de montaña rusa y twitter, empapados de sudor entre fuegos cruzados y toneladas de amor materno, caminando con las mentes prediseñadas por la máquina y tan seguros de la realidad del presente-tangible como aquellos asirios, que ya no estudian, lo eran de sus ríos-dioses. Los niñatos tienen muchas edades y una enorme capacidad para desfigurarse cuando algún picotazo, tal vez algún aprendizaje, les enfrenta al torbellino de los sueños, a la luz del viento o a la simplicidad de lo incomprensible, llegando a convertirse, en el mejor de los casos, en preguntas para niñatos, estudiosos y concluidores, mientras la nieve hace la guerra por su cuenta.

Y uno siempre está tentado a cuadrar el caos, cuando con escribir lo que no debiera sería suficiente.

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