sábado, noviembre 13, 2010

Solo

Miro sus ojos. Miro y escruto sus miradas, llenas de mi. Falsa impresión. La necesidad me ha vuelto a engañar y sólo tengo una respuesta: echarme a mi mismo de la sala.

Lo hago. Me concentro en la tarea. Busco distanciarme de mis influencias (sin olvidarlas). Conseguido, sonrío triunfal. Sonrío como última concesión a la inteligencia antes de ponerme serio. Serio como nunca.

Elijo las notas precisas para expresar lo que no puedo decir, para decir lo que no quiero expresar. Suena algo. ¡Por fin!

3 comentarios:

Lúzbel Guerrero dijo...

¡PLÍÑ!
Y suena alto y claro querido amigo
Las falsas impresiones nos ayudan a veces a vadear nuestro momentos de inconsistencia; mas volvemos, una y otra vez, a ponernos serios
Se nota que sus patrocinadores eran de lo mejorcito; se pone Ud. serio, y da gusto

solitario dijo...

Corto pero claro y conciso.
Pedro.

nacho dijo...

Seguramente las falsas impresiones responden a verdaderos prejuicios, Luzbel.

Aunque sin pretenderlo, Pedro.

Un saludo a ambos.