Seguramente, para aliviar el trabajo diario de soportarse, no hay nada como dejar de ser el centro. Descentrarse.
El descentramiento puede alcanzarse mirando hacia otro lado, acercándose a otros mundos, amando. En definitiva, practicando el altruismo.
Otros modos pueden ser el alejarse del centro, practicando el nomadismo excéntrico, o el adelgazar tanto el propio ego que ya sea igual la posición que se ocupe.
Pero hay una forma de descentrarse a la que tengo especial cariño: el engorde. El ser centro y periferia. El ser uno y otros. Un gran balón que todo acoge, que rueda y bota integrando, que prescinde del tiempo para mezclar antecesores y sucesores, que obvia el espacio para invitar a prójimos y lejanos, que ignora los perfiles para hibridar diversos.
Este método no requiere de grandes cualidades personales.
Este método sólo exige soñar.
viernes, mayo 28, 2010
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6 comentarios:
Suena tan cuerdo que en este momento no puedo contestar, estoy ¿descentrada? Hoy por lo menos no alcanzo a decir nada que suene lógico.
Sólo pasaba a saludarte, espero no parecerte muy ignorante y poco ingeniosa ;)
Pasar sólo a saludar, puede que no sea ingenioso, pero es inteligente. Y muy hermoso. En mi opinión.
Un saludo (al paso)
Se me han hecho demasiadas palabras, sensaciones, ideas,pensamientos, sueños...En otra ocasión trataré de recopilar-te. Un beso
Recopila-me... y luego esparce las cenizas en el viento. Otro beso.
Curioso... siempre enfocada en el centramiento y este otro enfoque... si es que es cuestión de definiciones. Nunca está todo dicho. Me gusta tu forma de apuntar hacia el amor global, el existir como parte de todo.
Saludos!! ;)
Sara.,
O el existir como expresión articular (y particular) de todo.
Saludos, Sivia
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