lunes, abril 12, 2010

Certera levedad

Las mil y una imágenes del medio día remiten a un postrero misterio de energía. Sus destellos esconden y prometen una verdad aplazada detrás de las luminarias.

Luego, la tarde penetra. El peso de los sueños empieza a ser más llevadero. Parece que nunca existió, que los cerebros de la mañana lo crearon, en su empeño por lastrarlos con piedras humanizantes.

Al fin los sueños, naturalmente acurrucados en su lecho de noche, se tornan tan livianos como una buena amistad, tan silentes como un viento sosegado, tan difíciles de atrapar como lo cierto.

2 comentarios:

Maribel-bel dijo...

O insoportable, eliminando la certeza.Saúdo.

nacho dijo...

Al final todo tiende a su naturaleza, Maribel-bel