Cuando entendí que la abertura que abría mi vida hacia el caos desordenaba mi estupor, ordenándolo, comencé a valorar la sencilla incoherencia de los sueños.
Se abrió una ventana llena de sentido, atravesada por un imposible viento de ida y vuelta, capaz de explicar lo inexplicable. Fué por ahí por donde tú te colaste, retadora.
La historia mil veces repetida de alguien que por el simple y grandioso hecho de nacer, de percibir que nace, enloquece de pasión y pretende, desde su soberbia, amar y conocer.
No tú, sino tu vida, inalcanzable (también para mis palabras), me enseñó la máxima cota a la que podría aspirar: aprovechar los instantes despierto para sentir el viento.
lunes, febrero 15, 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Insatantes, has inventado una nueva palabra(yo lo hice previamente). Abertura necesaria para que penetren en ti las mil y unas sensaciones, en la insistencia incoherente de tus sueños.Bicos
Ja, Ja, la creación surge del error, de desordenar. Vivir es persistir en el error. Y amar ..., amar es la leche!
Besos
Bonito eso que has escrito y sobre todo pensar en lo que quieres que nosotros entendamods.
(Para el lector que no entienda ahora el comentario de Maribel-bel, diré que he corregido el "inasantes" original por el "instantes" actual,porque es lo que yo pretendía poner desde el principio)
Publicar un comentario