sábado, noviembre 02, 2013

Encuentro. Principio y fin.

Vivir es un encuentro en lo alto de una montaña. A partir de ahí, un largo descenso hasta el mar. Un descenso para explicar y explicarnos el encuentro. Un descenso para humanizar el espacio entre la montaña y el mar construyendo (y destruyendo) caminos geométricos o dictados al capricho de los avatares. Un descenso muchas veces desorientado, al confundirlo con un ascenso, ya sea por el esfuerzo del sin sentido o por la humana necesidad de transitar un proyecto. Un descenso lleno de posibles nuevos encuentros que habrá que descender y que nos indican que por todas partes se llega al mar. Un descenso, en fin (y en principio), en busca de la fluidez que nos requiere quien nos quiere: el mar, por ejemplo.

2 comentarios:

Laura Martillo dijo...

Sintonizo plenamente contigo en este momento de mi vida
Saludos Nacho

divergente dijo...

Sintonizar, acompasar en la distancia, dan sentido a los latidos.