martes, junio 18, 2013

Al cabo

Cada respiro, pronuncio al aire sinsentidos con la esperanza de reencontrarlos, al cabo -ya enalmado en otros sueños-, convertidos en sabios mensajeros, en viajeros de botellas de corcho fácil y boca ancha, impregnados de todos los significados que otorga el camino.

Porque pervive en mí la ilusión de que toda palabra dicha implica un hasta luego.

2 comentarios:

Carme Juncà dijo...

Las palabras permanecen, no puede ser de otra manera. Nada se crea ni se destruye, sólo se transforma. Así pues las palabras deben quedar por ahí y cómo són gregarias, se juntan con otras y queriendo o sin querer, se llenan de significado. A lo mejor es la vida la que las rescata para enviar sus sos..

divergente dijo...

Es la vida en última instancia la dueña del eterno retorno. Lo que no me queda tan claro es si usa como intermediarios a los seres humanos o a las palabras. En principio fue la palabra...