Hay quien duerme y sueña.
Yo prefiero acostarme con mis sueños, acogerlos y apretarme junto a ellos, mientras estamos durmiendo.
Porque los sueños también duermen. Y sueñan con personas que los acarician mientras duermen, que los quieren de verdad, que no los tratan como a extraños invitados de sus mentes.
Es cierto que muchas veces no les comprendo, que sus aristas me hieren, que me desvelan sus miedos.
Pero ambos sabemos, día a día, darnos la vida mutuamente, sin precio.
Noche a noche, nacho a nacho, duermo con mis sueños.
jueves, agosto 10, 2006
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8 comentarios:
Qué bueno acurrucarse entre los dedos de los sueños para peinar tu cabello o jugar a asfixiarte.
Sueños, bellos compañeros del cuerpo cansado.
A veces son buena compañía los sueños, otros..... una pesadilla :)
Si es poetic la exploración o el conocimiento de los sueños, me explayaría, Nacho.
Tan sólo me dejo llevar por el sueño, a veces me desvela como hace pOco, cuando desperté con el pecho, plaaaff, como en temblor: tac traaac. temblor... sí.
La imagen de las hienas... y había nieve...
dicen que las pesadillas se cuentan para conjurarlas. Perdona, lanzé aquí mi catarsis...
me voy a dormir con mi sueño.
Bellos compañeros en los que hay que creer, porque si no, se distancian, Laura.
Como los seres queridos, Noemi.
Querida Rain, los sueños no nacen en nuestro cerebro, sino que pasan por ahí para invitarnos a vivir.
El post es bueno, pero el final:un lujo. Felices hombres sueños.
Ultimamente parece que mis sueños viven y son lo sueños los que me sueñan a mi
Es genial y acertado, Nacho
Los sueños son un lujo, Luzbel. Y los hombres sueño una necesidad.
Y los demás también nos sueñan, Jose (o sólo nos sueñan).
que tus sueños sean tan confortables como tus palabras.
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